Por Karin Silvina Hiebaum
Corresponsal Internacional
La reunión del G-20 de ministros de Economía y jefes de los bancos centrales de los principales países industrializados y emergentes se vio ayer ensombrecida por el ataque ruso a Ucrania. Cuando Rusia intervino en la reunión, muchos participantes abandonaron la sala, según tuiteó la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que asistía a la reunión en Washington.
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Entre ellos se encontraban representantes de Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá, según dijo un portavoz del gobierno en Londres. Las tensiones diplomáticas subrayan lo dividido que está el G-20 en estos momentos. Una declaración final, que suele enumerar los objetivos comunes, ya había sido descartada en la fase previa.
Jefe del FMI: momento difícil
Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), habló de un momento difícil para el G-20, que ha desempeñado un importante papel en la respuesta a la crisis financiera mundial y, más recientemente, a la pandemia de coronavirus de los últimos años. Pero la cooperación debe continuar, dijo.
Algunos países del G-20 piden la exclusión de Rusia. Sin embargo, Indonesia, país anfitrión del G-20 de este año, no quiso excluir a Rusia, permitiendo una participación virtual, incluso del ministro de Finanzas, Anton Siluanov.
Según la agencia de noticias rusa RIA, instó a los países del G-20 a no politizar el diálogo en el círculo. Esto podría socavar la confianza en el sistema financiero mundial.
Karin Silvina Hiebaum
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