Nota exclusiva realizada a Carlos Campolongo por Infored21.com

Carlos Manuel Campolongo (Buenos Aires, 13 de julio de 1947) es un periodista, abogado, psicólogo y docente universitario argentino. Carrera Realizó sus estudios primarios y secundarios en el colegio Cardenal Newman de Buenos Aires, donde se graduó como bachiller a mediados de los años 1960. Luego se formó como periodista y durante las décadas de 1970 y 1980 trabajó en medios como Canal 9, Canal 11 y ATC,1​ como columnista de noticieros. Militante sindical junto a otras personalidades de la televisión, como la actriz Irma Roy y el periodista Osvaldo Papaleo.2​ También es extensa su trayectoria radial, en emisoras como Belgrano, Splendid,1​ entre otras. Obtuvo su diploma en Derecho en la Universidad del Salvador y posteriormente se graduó en la carrera de Psicología en la Universidad de Buenos Aires. Profesor de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), donde ejerce como profesor titular de las materias Planificación de la Actividad Periodística I y II. Como docente, ha trabajado en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, la UCES y TEA. Además es director de la carrera de marketing en la Universidad Argentina John F. Kennedy. En 2000 fue elegido legislador en la ciudad de Buenos Aires por el partido PAIS, el mismo que llevó a Irma Roy a su banca de diputada nacional.3​ En las elecciones para Jefe de Gobierno de 2003, fue director de la campaña de Aníbal Ibarra,4​ quien resultó elegido. Fue presidente del Ente Regulador de Servicios Públicos de la Ciudad de Buenos AIres. Fue asesor, junto a Eliseo Verón y otros, de Eduardo Duhalde como pre-candidato presidencial para las elecciones de 2011,6​ aunque finalmente apoyó al otro candidato del Peronismo Federal, Alberto Rodríguez Saá, acompañándolo en la lista como candidato a diputado porteño.7​ En abril de 2018, Luis Barrionuevo interventor del Partido Justicialista Nacional lo nombró vicepresidente primero, cargo que ocupó hasta el 2 de agosto del mismo año. Notas Ulanovsky et Al. (1995) Días de radio. Historia de la Radio Argentina. Buenos Aires: Espasa Calpe. Mastrini et A. (2009) Mucho ruido, pocas leyes. Economía y políticas de comunicación en la Argentina. Buenos Aires: La Crujía. «Las listas que se votan». Página/12. 7 de mayo de 2000. Carlos Campolongo, un peronista, será jefe de campaña de Ibarra, Página/12, 12 de marzo de 2003 Proponen medidas de ahorro en la ciudad, La Nación, 28 de junio de 2007. Duhalde lanzó su candidatura y dijo que “Argentina está sedienta de paz”, Clarín, 21 de diciembre de 2010. Infobae, 26 de junio de 2011 Barrionuevo asumió como interventor del PJ. YouTube. 19 de abril de 2018. Enlaces externos Carlos Campolongo opina sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (2009)

0
670

A continuación, compartiremos la nota realizada al gran Maestro del Periodismo, como ya pocos quedan de esa calidad humana y profesional en Argentina como es Carlitos Campolongo. Quienes venimos de la Carrera del periodismo, desde lo académico y profesional, sabemos bien de lo que se habla cuando se dice «Calidad, profesionalidad y puntería».

CARLOS CAMPOLONGO: «LA CULTURA DE LA ESPECTACULARIDAD HA GENERADO UN PERIODISMO BERRETA»

Es uno de esos periodistas que en estos tiempos ya casi no existen. Como aquéllos legendarios maestros de las redacciones gráficas que sintetizaban la opinión y la sabiduría del medio, él representa desde la televisión una mirada crítica y analítica, de fondo, desde cualquier programa en el que participa como columnista, como en el recientemente finalizado Intratables o junto a Viviana Canosa por A24. Carlos Campolongo (74), que irrumpió en los noticieros de ATC (Canal 7) en el regreso de la Democracia y por décadas participa en la formación de comunicadores desde la Universidad de Buenos Aires o la de Lomas de Zamora, traslada a la pantalla chica su forma de estimular el pensamiento crítico, aunque muchas veces parezca una batalla perdida, pero que no deja de intentarlo.

«Nunca pensé que iba a ser periodista, pensaba que el periodista era proclive a falsear la realidad, pero el devenir de la vida me llevó por los caminos del periodismo mientras estudiaba abogacía como mandato familiar», explica mientras se pide un cortado en un bar al que define como su segunda oficina, muy cerca de su casa. «He tenido momentos de mucha intensidad (como aquélla Semana Santa de de 1987 donde condujo los noticieros durante cuatro días seguidos, durmiendo en ATC, durante el primer levantamiento militar luego de finalizada la dictadura) y otros de vacaciones forzadas como cuando llegó el menemismo y debí irme a vivir a Tucumán».  

Durante la dictadura estudió Psicología, y durante el menemismo incursionó en la campaña política, junto a Palito Ortega y también José Octavio Bordón. «La gestión pública siempre me interesó, democráticamente, como jefe campaña y en un ente público, y vi de cerca como es la construcción del poder».

Peronismo, política y poder

Se autodefine peronista y defiende lo que para él fue el movimiento más grande de la historia, inclusive con mayor permanencia en el tiempo superando al Gaullismo de De Gaulle. «A partir de una experiencia en la Isla Maciel donde íbamos a hacer un trabajo social y el fenómeno de un tipo que estaba a miles de kilómetros de la Argentina (se refiere a Perón en el exilio) y que tenia una influencia muy marcada a favor y en contra, me acerqué a la cuestión social, sumado a las reformas que había propuesto Juan XXIII en aquéllos años dentro de la Iglesia, produjeron en mi un interés y una formación existencialista y humanista muy marcada.»

Proviene de una familia radical, de un padre yrigoyenista, pero reivindica el primer peronismo como netamente revolucionario. «Lo que hizo Perón en su primera y segunda presidencia fue realmente revolucionario, para el país que teníamos. Pero después no hubo nada superador. Nosotros fuimos una generación que pensábamos que el mundo podía ser un lugar mejor, pero cuando Perón regresó, el mundo ya no era el mismo, y lo que se produjo en la Argentina lamentablemente fue una especie de guerra civil. Los intereses, la situación geopolítica del momento, jefes guerrilleros que terminaron casi todos vivos, y el ascenso de las instituciones destinadas a garantizar impunidad, como los servicios de inteligencia, los jueces federales, operadores judiciales, una construcción de poder que ya no necesita más golpes de Estado. Pero estas son las cosas que no discutimos lo suficiente y tampoco hay espacio para hacerlo», sentencia Campolongo.

«El periodismo es político»

Sus alumnos lo escucharon a menudo decir que «periodismo ha muerto, pero nadie se anima a firmar el certificado de defunción”. Pero Carlos Campolongo advierte que es un modo de interpelar al estudiante en la búsqueda de la esencia del periodismo como herramienta política. «La política y el poder para funcionar necesitan tener un nivel de ocultamiento, cierto grado de secreto que no se conozcan los movimientos. El desocultamiento, el llevar a la luz, es una tarea política, y el periodismo ahí sí que es político, distinto de lo que algunos denominan ‘periodismo militante’, que claramente es otra cosa».

En esa mirada, se encierra una visión del periodismo alejado del espectáculo. «La cultura de la espectacularidad, eso de mostrar en forma grandilocuente sin argumentar ni analizar en profundidad, ha generado un periodismo berreta, y no escapa a un fenómeno a nivel mundial donde el nivel de conocimiento desciende década tras década, de la mano de los artilugios de las nuevas tecnologías mal usadas, las redes sociales. Uno es lo que abarca el lenguaje que es capaz de usar. Si usas 400 palabras para expresarte, es probable que no logres los niveles de creatividad y de expresión de pensamiento necesario para lo que un periodismo argumentativo necesita. Lo que hay es un direccionamiento, sobre todo para aspectos del consumismo. Y Creo que hay también un desinterés en las sociedades con respecto al involucramiento en la cosa pública, además de que hay ciertos niveles de la información inaccesibles para el común de la población, pero eso es arena de otro debate más conspiranoico».

Siempre dispuesto a recomendar lecturas, como la última publicación del pensador surcoreano Byung-Chul Han «Infocracia», enfocado en al tiranía de la información, también prefiere cerrar la charla con una reflexión de Neil Postman, cuando comparó «1984» de Orwell y «Un Mundo Felíz» de Huxley,: «Ya no van a ser necesarios los dispositivos de vigilancia para controlar las lecturas de la gente, porque nadie ya va a leer».