El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, convocó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a una reunión este viernes por la tarde en la sede nacional del partido. Así han informado fuentes de Génova este sábado en un comunicado.
La reunión, según fuentes del gobierno madrileño, no fue bien. «Reunión infructuosa». Y aseguran que Casado «pidió que la presidenta Díaz Ayuso dijera en un comunicado que no había sido investigada por el PP» como un primer paso para firmar la paz. A cambio, «le levantaba el expediente», afirman en la Puerta del Sol. Y Ayuso se negó, de ahí que la reunión naufragase.
Desde la dirección nacional aseguran que Pablo Casado le trasladó a Isabel Díaz Ayuso que la información que aportó Ayuso sobre el cobro de 55.850 euros por su hermano «se incorporará al expediente informativo abierto por el Partido Popular para concluirlo satisfactoriamente». Y que eso no significa una contrapartida a cambio de que ella negase el espionaje.
Casado aseguró en la reunión que nunca ha ordenado ninguna investigación sobre actividades profesionales del entorno de Ayuso. El comunicado de Génova alerta a Ayuso de que «emprenderá acciones legales contra cualquier persona que afirme lo contrario». Pero ella mantiene que su familia ha sido espiada y que considera insuficiente la propuesta del líder del PP.
De hecho, Casado insistió en que él no ordenó rastrear las cuentas ni los datos fiscales de su hermano y atribuyó las informaciones de EL MUNDO y El Confidencial, que desvelaron en exclusiva la existencia de la trama, a una intoxicación del equipo de la lideresa madrileña.
Concretamente, Casado atribuyó la misma a su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, e insistió en que en ningún momento hubo un operativo para espiar a su hermano ni a la empresa que le pagó, Priviet Sportive. Este extremo fue negado por Ayuso de manera tajante, que defendió a su más directo colaborador.
A cambio, Casado se mostró dispuesto a defender en público la honorabilidad de Ayuso y a facilitar la resolución del expediente en un sentido favorable, a pesar de que el Comité de Derechos y Garantías del PP debería actuar de manera independiente.
Este presunto canje fue rechazado por la presidenta madrileña, según fuentes de su entorno.
Además, Casado defendió, según Génova, «la necesidad de unir el partido y seguir defendiendo junto a todos los militantes del Partido Popular el mejor proyecto de futuro para España».
Se trata de un pulso en toda regla entre ambos políticos, por cuanto en Génova aseguran que los cobros del hermano de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso, son de «extrema gravedad» y en en el gobierno regional aseguran que lo realmente grave es que desde la dirección nacional, según su versión, se promoviese investigarlo mediante un detective.
EVITAR LA CONCENTRACIÓN
No obstante, las conversaciones entre los equipos de Sol y de Génova siguen abiertas y se trabaja en la idea de elaborar un comunicado conjunto si se alcanza un acuerdo en algún momento entre ambas partes. El planteamiento sobre el que se discute es anunciar en el menor tiempo posible el cese de las hostilidades, que llevaría a que se desconvocara la manifestación de este domingo en favor de Ayuso en la puerta de Génova.
Evitar esta concentración constituye una prioridad para la dirección nacional del partido en estos momentos, que se abre a discutir «ajustes en los equipos» en los próximos meses en referencia a la sustitución de piezas clave que han tenido un papel destacado en la guerra.
LA INTERVENCIÓN DE FEIJÓO
Aunque estéril, según el gobierno madrileño, se trata del primer acercamiento de los dos políticos tras el estallido de la guerra entre ambos que se produjo el jueves, con duras acusaciones cruzadas. «El Partido Popular lamenta los acontecimientos de los últimos días y seguirá defendiendo junto a todos los militantes el mejor proyecto de futuro para España», apuntan las fuentes del PP.
La reunión se produjo después de que el principal barón del partido, Alberto Núñez Feijóo, les reclamara una solución rápida para no tener que llegar a un congreso extraordinario. Y, sobre todo, después de que el equipo de Ayuso presentase datos sobre los cobros de su hermano por intermediar en la compra de mascarillas para la Comunidad de Madrid.
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