El presidente de Kazajistán acepta la dimisión del Gobierno tras las protestas por el precio del gas

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Tokayev decreta el estado de emergencia en Almaty, Mangistau y Nursultán e implanta el toque de queda hasta el 19 de enero.

Los manifestantes tratan de irrumpir en la sede del Ayuntamiento de Almaty y en la residencia presidencial.

El presidente de Kazajistán, Kasim Jomart Tokayev, ha aceptado este miércoles la renuncia del Gobierno del país y ha asignado al vice primer ministro, Aliján Smailov, las funciones de primer ministro del país.

De este modo, el presidente kazajo ha aceptado la dimisión del hasta ahora primer ministro, Askar Mamin, si bien el resto del Gabinete seguirá ejerciendo sus funciones hasta la confección de un nuevo equipo de Gobierno.

Tokayev se ha basado en el artículo 70 de la Constitución del país para tomar esta decisión a raíz de las fuertes protestas registradas durante los últimos días por el creciente precio del gas licuado y ha anunciado que el decreto entra en vigor desde la fecha de su firma.

Kazajistán ha sido escenario en los últimos días de una serie de protestas por el aumento del gas licuado que, a partir del 1 de enero, ha pasado a estar sujeto a la oferta y la demanda, según apuntó previamente el Ministerio de Energía.

Las primeras concentraciones se han llevado a cabo en Manguistau, en el oeste del país, si bien en las últimas horas se han extendido a las regiones vecinas de Atirau y de Kazajistán occidental.

Este mismo miércoles, los manifestantes han tratado de irrumpir en el Ayuntamiento de la ciudad de Almaty y en la residencia del presidente, si bien las fuerzas de seguridad han tratado de sofocar el asalto, según informaciones de la agencia de noticias rusa Sputnik.

Varios testigos han señalado que los manifestantes han tratado de abrirse paso hacia la sede del gobierno local, aunque por el momento no han conseguido acceder al inmueble, mientras que un grupo se ha dirigido hacia la residencia presidencial. En las inmediaciones, no obstante, se han escuchado disparos y puede observarse una gran nube de humo negro.

El Ministerio del Interior, que ha acusado a los manifestantes de vandalizar comercios y bloquear varias carreteras y redes de ferrocarriles, ha alertado de que al menos 95 agentes de Policía han resultado heridos en enfrentamientos. Además, estima que unas 300 viviendas han sufrido daños y una treintena de vehículos policiales han sido incendiados.

Asimismo, las autoridades han alertado de que los manifestantes estarían obstaculizando la labor de los servicios de emergencias y la circulación de ambulancias y otros vehículos.

Tokayev, por su parte, ha señalado al Gobierno como principal responsable de la actual situación, especialmente al Ministerio de Energía, y al sector empresarial kazajo, tal y como ha recogido el diario ‘Kazakhstanskaya Pravda’.

ESTADO DE EMERGENCIA

Debido a la creciente escalada de tensiones, el presidente Tokayev ha firmado –antes de aceptar la dimisión del Gobierno– un decreto para instaurar el estado de emergencia en la región de Almaty, Mangistau y Nursultán con el objetivo de «garantizar la seguridad pública, restaurar la ley y el orden y proteger los derechos y libertades de los ciudadanos.

El decreto de estado de emergencia estará vigente desde este miércoles hasta la medianoche del 19 de enero y contempla el toque de queda desde las 23.00 hasta las 7.00 horas, así como el fortalecimiento de la «protección del orden público» y las instalaciones estatales.

También se aplicarán restricciones a la libertad de circulación, incluidos los vehículos, en las dos regiones, por lo que las autoridades podrán denegar la entrada o salida del territorio o incluso la inspección personal o de vehículos.

El Ejecutivo también ha prohibido la «organización y realización de reuniones pacíficas, entretenimiento, deportes y otros eventos masivos», así como la celebración de «huelgas y otros métodos de suspensión o terminación de las actividades de las personas jurídicas».

Este martes la Policía del país ha detenido a decenas de manifestantes durante una protesta registrada en la capital, Nursultán. Según un comunicado del organismo policial, la protesta habría tenido lugar sin autorización previa y ha provocado concentraciones en las principales plazas del país.
Así, Tokayev ha introducido una regulación estatal de precios por un periodo de 180 días «no solo del gas licuado, sino también de la gasolina y el diesel», según ha detallado la Presidencia de Kazajistán en un comunicado.

Además, el mandatario ha ordenado una regulación estatal de los precios de los alimentos básicos para la población, así como «una moratoria al aumento de las tarifas comunales» durante un periodo que también se extenderá por seis meses.

Tokayev ha apuntado a la puesta en marcha de una ley sobre las personas en quiebra, otra dirigida al subsidio de alquileres para los grupos sociales más vulnerables y, por último, un fondo, financiado con recursos públicos, para hacer frente a los problemas de salud y de los menores.

Por otra parte, el ex primer ministro Bajitzhan Sagintayev ha hecho un llamamiento a los residentes de Almaty a «no sucumbir a las provocaciones y a la anarquía» y ha condenado en una carta los intentos de «desestabilización y las acciones extremistas» registradas recientemente.

Para él, estas protestas cuentan con el respaldo de «provocadores» a nivel interno y externo. «Les escribo en relación con la difícil situación en la ciudad. Los intentos de desestabilización y acciones extremistas cuentan con el respaldo de provocadores internos y externos. Insto a todos los ciudadanos a no sucumbir a las provocaciones», ha dicho.

El senador kazajo Ajilbek Kurishbayev ha instado a la población a no dejarse llevar por provocadores y ha manifestado que «el apoyo de todo el pueblo es más importante que nunca».

«Yo, como todos los ciudadanos de nuestro país, estoy muy preocupado por los acontecimientos que han tenido lugar. Para un mayor desarrollo económico y mejorar el nivel de vida de nuestros ciudadanos, necesitamos estabilidad en el país», ha resaltado.

En este sentido, ha hecho hincapié en la importancia de «no seguir el ejemplo de provocadores, fuerzas externas y figuras de desestabilización». «Nuestra gente no necesita una guerra, debemos proteger la paz en nuestra casa», ha zanjado.

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