Un tribunal alemán condenó a un sacerdote católico a 12 años de prisión por abusos sexuales contra menores. Le obligó a indemnizar a las víctimas con 5.000, 10.000 y 35.000 euros respectivamente.
De acuerdo con medios locales, la acusación comprendió hasta 118 casos de abuso cometidos en varios años, siendo una niña de nueve, su víctima más joven.
Aunque no se divulgó la identidad del prelado, trascendió que obligaba a los afectados «a mantener relaciones sexuales, practicarle sexo oral» y realizar actos lascivos.
El proceso comenzó en noviembre pasado y confirmó los ataques a nuevas víctimas, ampliando las acusaciones. La fiscalía ordenó el traslado del cura a prisión al ver el peligro de reincidencia, precisó EFE.
Asimismo, la Audiencia Provincial de Colonia comprobó que el hombre se aprovechó siempre de la situación de dependencia y vulnerabilidad de los menores.
Testigos afirmaron que abusó de una niña pequeña que durante un campamento de vacaciones echaba de menos su casa. Otro caso reveló que pretendió atender a la hija de una mujer alcohólica y acordó con la familia una terapia para tratar sus problemas de carácter.
Los fiscales pidieron 13 años de prisión, mientras que la defensa exigió un máximo de ocho años tras las rejas. No obstante, pena quedó establecida en 12 años.
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El Arzobispado local negó su corresponsabilidad en los abusos y aseguró haber actuado siempre «de manera consecuente», de acuerdo con palabras del arzobispo de Hamburgo y antiguo jefe personal en Colonia, Stefan Heße, durante el juicio.
Por su parte, Christoph Kaufmann, juez que presidió la sala, mostró abiertamente su rechazo a las posturas eclesiásticas y cuestionó al antiguo magistrado Günter Assenmacher, por qué no se abrió una investigación al sospechoso cuando se conocieron las acusaciones.
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