#Opinión | Vilna la ciudad del pasado y futuro- Por Armina Wolpert

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Vilna es mi ciudad natal.

En mi infancia era una ciudad de otro país, la URSS, hoy es la capital de un estado europeo, Lituania.

En estos días todo el mundo lo menciona en relación con la cumbre histórica de la OTAN, pero no mucha gente conoce su historia o lo ha visitado.

Vilna siempre ha tenido un encanto especial, una profundidad, gracias a su compleja historia e identidad.

La ciudad tiene más de 700 años, pero es la ciudad más dinámica y joven que conozco.

Mis memorias, las imágenes de la ciudad de mi infancia son apenas visibles en su esplendor moderno.

Hoy, cuando visito ocasionalmente aquí, mi corazón se llena de nostalgia por las calles estrechas y oscuras, los patios escondidos, el crujido de la nieve, el casco antiguo de la ciudad que apenas recuerda capas completamente diferentes de la historia y diferentes personas que la habitaron.

Durante siglos, Vilna ha sido la encrucijada de las culturas de Oriente y Occidente. Pasó de mano en mano y esto es lo que creó su esencia única.

Los edificios históricos de la ciudad encantan con su estilo variado: aquí conviven detalles góticos, renacentistas, barrocos y clasicistas.

Calles estrechas del casco antiguo y amplias plazas luminosas: Vilna nunca ha rehuido la influencia de la cultura extranjera. Por el contrario, respetó y entrelazó voluntariamente sus elementos con los suyos.

Me encanta la leyenda sobre el sueño del Gran Duque de Lituania Gediminas, el sueño sobre el lobo de hierro aullando con cientos de voces, que presagiaba la fundación de la ciudad de Vilna.

Entonces, dicen que fue fundado, Gediminas invitó a comerciantes, guerreros, artesanos y clérigos europeos. Los vecinos letones han conservado la carta escrita por el príncipe Gediminas en 1323 en latín. Esta es la primera fuente escrita que menciona Vilna.
Pero incluso su nombre ha cambiado con el tiempo.

Un poco de historia:

Vilna – en lituano: Vilnius, en polaco: Wilno, en ruso: Вильнюс o Вильно.

Su centro histórico o «casco antiguo», uno de los mayores y mejor conservados barrios medievales de la Europa del Este, fue designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. En 2009 se nombro Capital Europea de la Cultura.

La ciudad nacida a partir de una invasión de tribus bálticas (eaestii), también recibió poblaciones eslavas, y desde el siglo xi, germanas y judías.

El rey de Polonia y gran duque de Lituania Vladislao II concedió a Vilna el derecho de ser ciudad en 1387. La población de la ciudad estaba compuesta por lituanos, mas tarde llegaron los mercaderes y artesanos de diversas nacionalidades.

Vilna alcanzó su máximo desarrollo gracias al reinado del polaco Segismundo II de Polonia que establece su propia corte en 1544.

En 1579 se fundó la Universidad de Vilna por Esteban I de Polonia y jesuitas españoles.

Aquí estudié mis primeros años la filología.

Imagínese estudiar en una universidad que contaba con más de 400 años! Era muy enriquecedor.

Hoy la Universidad se convirtió en uno de los mayores centros científicos y culturales de la región báltica.

En Vilna se establecieron los comunidades de polacos, lituanos, bielorrusos, judíos, rusos, alemanes, ucranianos y de algunos tártaros.

Cada etnia contribuyó a la vida multicultural de la ciudad.

En 1812, la ciudad fue invadida por Napoleón durante su avance hacia Moscú.

Durante la Primera Guerra Mundial, Vilna fue ocupada por los alemanes desde 1915 hasta 1918 cuando se proclamó la independencia de Lituania.

Poco tiempo después, la ocuparon los bolcheviques, eligiéndola como capital de la efímera República Socialista Soviética Lituano-Bielorrusa. Más tarde ejército polaco la reconquistó pero ese mismo año la retomaron los soviéticos.

Poco después de la retirada del Ejército Rojo, vencido en la batalla de Varsovia, se consiguió que la ciudad sea entregada a la destruida Lituania.

El 20 de julio de 1920, en el tratado de paz entre Lituania y la Rusia bolchevique, se reconoció a Vilna como capital de la República de Lituania. Pero en 1920 los polacos ocuparon la ciudad otra vez y proclamaron un nuevo Estado, la Lituania Central. Los autoridades lituanas proclamaron Kaunas como la nueva capital de Lituania y negaron a reconocer la anexión de Vilna a Polonia pero en 1938 rompieron las relaciones diplomáticas, quedando Vilna anexionada a Polonia y renegando de Vilna el resto de los lituanos.

En 1931 Vilna contaba con 195 000 habitantes, tercera parte de cuales eran judíos. Asi fue llamada la «Jerusalén del Norte».

Vilna era un centro de erudición judía, gracias a textos talmúdicos de unas de las figuras más conocidas e influyentes del estudio rabínico desde la Edad Media – el Gaón de Vilna quien fue un prominente rabino judío, erudito del Talmud y la Cábala.

Después de firmarse el pacto secreto de Mólotov-Ribbentrop, el Ejército rojo invadió la Polonia Oriental. Vilna fue ocupada en 1939 e anexada a Lituania, mientras que las tropas soviéticas se apoderaron de nuevas bases en varias partes del país. Las autoridades lituanas entraron en Vilna y comenzaron a desplazarse de Kaunas a Vilna.

En 1940 debido a la traición en el pacto de amistad entre la Unión Soviética y Lituania, en Vilna instauró un gobierno comunista cuando la ciudad se convierte a la capital de la recién proclamada República Socialista Soviética de Lituania.

Al tercer día de su operación Alemania nazi ocupó Vilna.

Así termina la historia de la comunidad judía más importante de Europa. 95 % de judíos lituanos (litvakos) fueron brutalmente asesinados.

En julio de 1944 el Ejército rojo de la Unión Soviética entro a Vilna, que volvió de inmediato a ser la capital de la restaurada República Socialista Soviética de Lituania.

El 11 de marzo de 1990, el Sóviet Supremo de la República Socialista Soviética de Lituania proclamó su independencia de la URSS, restaurando la República de Lituania. Еn agosto de 1991 es cuando la Unión Soviética se reconoce la independencia de Lituania.

Vilna hoy es una capital moderna, pero al mismo tiempo es una ciudad acogedora y hospitalaria, generosa en vida cultural y creativa.

Es una ciudad de esculturas que hablan, de música que suena, una ciudad con olor a buena comida y de los bellos edificios que recuerdan su historia.

No es una casualidad que una reunión histórica de los próximos días, summit de OTAN, cual definirá el futuro del mundo y particularmente de Europa, su seguridad y integridad, se llevará a cabo aquí.

Lituania hoy es uno de los países más desarrollados en la visión europea, por lo mismo es uno de los principales aliados de la víctima de la agresión rusa, de Ucrania.

Mi admiración y respeto a mi querida pequeña Lituania por cuidar los valores humanos, no temer en proteger la víctima a pesar de tener fronteras con los países agresores, por expresar muy claramente su posición y apoyar a los refugiados, las víctimas de este terrible guerra.

Fotos : Gabriel Khiterer
Por Armina Wolpert
Escritora invitada al The Freedom Post
Nacida en Lituania, es israelí y mexicana.
Ex Consul honoraria de Federación Rusa en Quintana Roo, renuncia el 24.02.2022 día de la invasión rusa a Ucrania.
Licenciada de Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv, especialista en Problemas de la Comunicación.
Tiene diplomado de la Facultad de Arqueología e Historia de México, Universidad La Salle.
CEO del tour operador receptivo Arminas Travel y de Asociación de Proveedores Mexicanos y Ferias mexicanas del turismo – Mexico Link Travel.
Columnista de la revista Cancunissimo.

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