#Opinión | Ucrania, el fin de mundo unipolar – Por Emir Moros Adams

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El mundo observa con mucha atención el conflicto en Ucrania por ser ciertamente una de las guerras más peligrosas de las últimas décadas. Tal vez lo más peligroso de esta guerra es la posibilidad de que escale. Durante el periodo de la Guerra Fría hubo muchas guerras pero nunca hubo una frontal entre las dos grandes potencias, solo la crisis de los cohetes de 1962 entre los Estados Unidos y la Unión Soviética pudo llegar a enfrentamiento frontal y fue sin duda el momento más peligroso para la humanidad por la posibilidad de un conflicto nuclear.

La actual guerra en Ucrania tiene la potencialidad de transformarse en un conflicto de grandes dimensiones incluyendo el uso de armas nucleares. En los medios de comunicación y en las redes sociales nos encontramos con opiniones y comentarios sobre Rusia presentándolo como un agresor, cosa que es cierta, ya que inició la guerra, pero con unas motivaciones, a la luz de occidente, que desde mi punto de vista son incorrectas.
Este conflicto no se gesta y se inicia este año, es un conflicto que tiene más de 25 años gestándose. La génesis de esta guerra la podemos situar después de la caída del muro de Berlín y luego de la caída de la Unión Soviética cuyo resultado para las relaciones internacionales se resume en la transformación a un mundo unipolar en lugar de uno bipolar. Este mundo unipolar desde mi óptica duró tal vez siete años entre 1992 y 1999, sin embargo, para los creadores de política exterior de los Estados Unidos esto no ha cambiado y siguen manteniendo una visión en la cual existe un hegemón y en base a eso conduce su política. Yo particularmente creo que es justamente esa visión equivocada de la realidad lo que nos ha llevado a esta guerra en Ucrania.

Antes de la existencia de ese breve periodo de tiempo de un mundo unipolar existió un mundo bipolar y antes de ese mundo bipolar un mundo multipolar, en estas últimas dos versiones se manejaba el concepto de equilibrio de poder donde cada potencia se manejaba con precaución y el sistema se balanceaba automáticamente. Luego de la caída de la Unión Soviética en 1992, los Estados Unidos se convirtieron en la única gran potencia económica y militar del mundo y se transformó en el policía del mundo y empezó a exportar su concepción económica y política en lo que denomina John Mearsheimer académico de la Universidad de Chicago “liberalismo hegemónico” que podemos definir esencialmente como una política de exportación de una visión del mundo en la cual el modelo ideal es una democracia liberal, una economía de mercado y un apego a las instituciones multilaterales.

El liberalismo hegemónico como punta de lanza de la política exterior de los Estados Unidos ha conllevado al inicio de varios conflictos internacionales que incluyen entre otros la guerra de Siria, Libia, Irak etc. es decir conflictos iniciados con la finalidad de cambiar gobiernos autoritarios y hostiles a los Estados Unidos con el fin de transformarlos al modelo occidental. Esta política también se ha manifestado en un fortalecimiento del papel de la OTAN y un plan de expansión de esta organización a través de la inclusión de nuevos miembros, esto lo podemos ver muy claramente en un documento de la Casa Blanca de 1996 denominado: Una estrategia de seguridad nacional de compromiso y alargamiento, en el cual la Casa Blanca explica su plan de expandir la OTAN por el mundo, con un énfasis especial en la inclusión de las ex repúblicas soviéticas en la OTAN.

De esta manera en 1999 ingresaron tres países ex soviéticos a la organización y en el 2004 entraron siete, en el 2008 se esperaba la entrada de Georgia y Ucrania en la organización lo cual no sucedió por la guerra entre Rusia y Georgia específicamente por la oposición de Rusia a la entrada de Georgia y Ucrania a la organización. Esta actuación rusa se repetiría en el 2014 con la toma de Crimea ante la nueva iniciativa de Ucrania de adherirse a la OTAN.

Es justamente la entrada de todos estos países vecinos de Rusia a la OTAN lo que explica la actual guerra en Ucrania y es básicamente la necesidad de Rusia de garantizar su existencia y supervivencia como nación y es simplemente la defensa de su seguridad nacional frente al peligro que representa que un enemigo despliegue en sus frontera armas, tropas y misiles nucleares.

En este momento, lo más importante entender es el origen de este conflicto por ser la única forma de lograr una solución y un entendimiento.

Me tomo el tiempo de preparar este artículo toda vez que los medios de comunicación y las redes sociales y los expertos se centran en criticar la actuación de Rusia a la luz de una política imperialista y expansionista lo cual es una visión totalmente equivocada de la realidad y esto me lleva a hablar sobre los orígenes de las relaciones internacionales y las teorías que se utilizan para analizar esta realidad. El inicio de este conflicto según la mayoría de los medios de comunicación se debe a un país imperialista dirigido por un malvado presidente que quiere apoderarse de otro país es decir se entiende a la luz de una visión equivocada de la realidad al estar utilizando consideraciones morales, jurídicas y subjetivas propias de la visión idealista en relaciones internacionales en lugar de usar instrumentos analíticos adecuados para analizar y tomar decisiones, esto se une a la actual política exterior de los Estados Unidos basada en una teoría idealista sobre las relaciones internacionales lo cual es sumamente peligroso ya que olvidan que el nacionalismo y la preservación de la existencia de la nación son los motores principales de la actuación de las potencias y son elementos vitales en la teoría realista sobre las relaciones internacionales.

La realidad es que la teoría realista sobre las relaciones internacionales nunca ha dejado de tener la mejor capacidad analítica y predictiva y ser el basamento perfecto para la toma de decisiones. Lo que nosotros estamos viendo en este momento es una potencia (Rusia) defendiendo su existencia como nación lo cual está por encima de cualquier principio moral, de cualquier principio religioso o de cualquier consideración de derechos humanos.

No es la primera vez que el mundo se enfrenta a un conflicto donde una gran potencia toma decisiones radicales para su supervivencia, basta con ver la actuación de los Estados Unidos en la crisis de los cohetes de 1962, cuando frente al peligro que representaba la existencia en Cuba de silos nucleares y de tropas de Unión Soviética, los Estados Unidos decidieron incluso llegar a un conflicto nuclear para evitar la existencia de ese peligro inminente en sus cercanías. Lo que sucede en Ucrania es lo mismo que vimos en 1962 donde los Estados Unidos estuvieron dispuestos a destruir a la Unión Soviética con el uso de armamento nuclear para preservar su existencia como nación.

Si no entendemos el real motivo de la actuación de Rusia es imposible llegar a presentar una solución que satisfaga los intereses de todos los actores. En esta guerra no hay buenos ni malos simplemente hay intereses de potencias e intereses de actores.

Yo ejemplifico lo que está sucediendo, realizando un símil con lo que pasaría si un paciente va a un médico a consultarse sobre una enfermedad que puede acabar con su vida y el médico utiliza instrumentos erróneos para determinar la enfermedad del paciente, lo más seguro es que las medicinas y el tratamiento con el que quiera eliminar la enfermedad termine por matar al paciente.

En este caso se están tomando decisiones a nivel de política internacional utilizando para el análisis de la realidad unos instrumentos completamente equivocados y el resultado puede terminar siendo una guerra abierta entre Rusia y los miembros de la OTAN. Repito, en esta guerra no hay buenos ni malos sino intereses, y el mayor interés para la sociedad es llegar a una paz sostenible y un sistema internacional estable y ello pasa por un entendimiento de todos los actores internacionales, de cuál es la realidad actual y la realidad actual es que estamos en presencia de un mundo multipolar donde tres grandes potencias tienen la capacidad de conducir el destino del mundo y de destruir al mundo.

Estas potencias son los Estados Unidos Rusia y China, ya no estamos en presencia de un mundo unipolar y por ello cualquier decisión que tome los Estados Unidos sobre esa visión tiene repercusiones negativas en nivel internacional y representa un riesgo y un costo muy elevado para el país.

Otro punto importante a tomar en consideración en ese mundo multipolar es la necesidad de generar alianzas con otra gran potencia de manera que pueda existir un polo más fuerte que el otro. En ese sentido, soy de la visión que Rusia tiene más elementos culturales de cercanía con occidente que lo que puede tener China, bajo esa premisa lo más lógico hubiese sido que los Estados Unidos hubiese atraído a Rusia como un aliado para balancear la fuerza y capacidad de China, país que se transformará sin ninguna duda los próximos años en la potencia económica más importante del mundo y posiblemente la potencia militar más importante del mundo, con su base de recursos su capacidad de producción y su población.

Es decir, lo lógico luego de la caída de la Unión Soviética hubiese sido la creación de una alianza de los Estados Unidos con Rusia para contraponerse al creciente poder de China, sin embargo, lo que ha sucedido ha sido todo lo contrario. Los errores de política exterior de los Estados Unidos han lanzado a Rusia en los brazos de China lo que implica para los Estados Unidos la existencia de dos grandes potencias enemigas aliadas y que conjuntamente representan una mayor capacidad militar y una mayor capacidad económica.

Por Emir Moros Adams

Internacionalista, Exdiplomatico, Experto petrolero y en comercio internacional, Profesor de la UCV, Dr. en Ciencias Políticas, Especialista en Derecho y Política Internacional.

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