La salida del ministro de Transportes del Ejecutivo Español, José Luis Ábalos fue una de los movimientos más inesperados en la última restructuración del gabinete del presidente Pedro Sánchez. Su controvertida participación en el gobierno lo llevó a mezclarse en escándalos que aún hoy siguen sin esclarecerse y que están vinculados de manera muy cercana al narcorégimen de Nicolás Maduro.
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El denominado ‘Delcygate’, la sospechosa compra de material sanitario y el polémico rescate de la aerolínea chavista Plus Ultra, fueron la punta de lanza para la salida del ministro socialista.
Ábalos fue en secreto a la terminal VIP del aeropuerto de Madrid la noche del domingo 19 de enero del 2020 para encontrarse con Delcy Rodríguez, una funcionaria venezolana sobre la que recaen sendas sanciones que le prohiben pisar la Unión Europea debido a la violación de Derechos Humanos en su país.
En principio el encuentro fue negado a los periodistas que diero la exclusiva en el mencionado medio español. Sin embargo, días después los funcionarios del Ejecutivo de Pedro Sánchez fueron reconociendo los hechos, lo que dio lugar a varias versiones. Vozpópuli y sus investigaciones llegaron a estimar que Rodríguez estuvo en suelo español. También se conoció que llevaba consigo más de 40 maletas y abandonó la capital de este país enun vuelo comercial con destino a Qatar.
Plus Ultra y su sospechoso y millonario rescate
El rescate de Plus Ultra con 53 millones de euros también fue uno de los casos que señalaron una cuestionada participación de Ábalos. En esta operación, el papel del ministerio de Transportes fue decisivo, pues aportó información clave sobre esta cuestionada empresa aérea.
La ayuda fue gestionada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Pero la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y Aviación Civil, ambos entes dependientes del Ministerio a las órdenes de Ábalos, firmaron dos informes sobre la aerolínea a petición de la SEPI, que ayudaron a que se aprobara la millonaria inyección de fondos.
Los informes advertían que tenía una presencia mínima y que su desaparición sería cubierta por otras compañías y no afectaría su conectividad con Latinoamérica. De la misma manera informaron a la SEPI de su poca facturación y frágil situación económica, sin beneficios tangibles desde su fundación en 2011.
Pero, Aviación Civil justificó estos aspectos destacando la importancia de las «compañías de nicho» en el sector aéreo «estratégico» en sí mismo para la economía. También mencionaron los 345 empleos directos y más de 2500 indirectos que la compañía generaba antes de la pandemia.
Hacienda utilizó estos datos para justificar el rescate. Sin embargo Ábalos buscó desligarse de la operación y dijo que su ministerio no participó en el mencionado rescate de Plus Ultra.
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