Practicaban el poliamor mientras sus hijos estaban en su habitación

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En Nueva Zelanda, una pareja no podrá “exponer y educar” a sus dos hijos pequeños a su estilo de vida poliamoroso.

Luego de que se emitiera una orden judicial, Valerie, de 9 años, y Lucas, de 4, ya no deberán tener exposición directa o indirecta a lenguaje o actividad sexual de sus padres, ni ser presentados a ninguna nueva pareja de los adultos.

El juez La-Verne King, del Tribunal de Familia de Nueva Zelanda, tomó la decisión luego de confirmar que Carl (padre de Lucas) y Judith (madre de Valerie) tuvieron relaciones sexuales con dos o más personas al mismo tiempo con sus hijos en casa y que solían exponer a los jóvenes a su lenguaje soez.

El caso llegó a la justicia porque la niña de 9 años empezó a tener actitudes sexualizadas con sus muñecas Barbie y el chico de 4 comenzó a orinarse encima recurrentemente, informó el New Zealand Herald.

El padre de la niña y la madre del niño (los ex de la pareja poliamorosa) se dieron cuenta de lo que les sucedía a sus hijos y denunciaron que estos sufrían abuso psicológico estando bajo el cuidado de Carl y Judith.

La historia de Carl y Judith

Lucas y Valerie se convirtieron en hermanastros cuando sus padres se conocieron en 2018. Lucas era apenas un bebé de 16 meses.

Al momento en que los adultos se pusieron de novios, Judith aún estaba con su prometido, lo que no les impidió mudarse juntos y vivir su vida de a tres.

En este sentido, Judith, Carl y el prometido de Judith llegaron a compartir cama mientras el pequeño Lucas dormía en un catre en la misma habitación.

Meses después, el prometido de Judith cortó con la mujer y ella se casó con Carl.

El episodio que complicó a los poliamorosos

Una noche de octubre de 2019, Lucas y Valerie se encontraban en la misma habitación cuando se produjo «una cita de Tinder» en el living de su casa.

Los niños, aunque estaban en su cuarto, no permanecían muy lejos del salón abierto en donde tuvo lugar el encuentro sexual. Solo los separaba un pasillo.

Sobre este evento, Judith dijo que ella no se unió al acto porque se quedó cuidando desde el sofá que ninguno de los niños se asomara.

Pero el juez de la causa no le creyó, ya que interpretó que Judith «eligió permanecer en el salón» en vez de diluir la situación.

Para King, los adultos debían haber mantenido relaciones sexuales en un lugar de la casa que estuviera fuera del alcance de los oídos y la vista de cualquiera de los niños.

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La pareja había llegado a un acuerdo con el padre de Valerie de no presentarle a su hija ninguna pareja “extra” con la condición de que ambos pudieran tener noches de juegos de mesa con sus amigos.

Esto resultaría una trampa, porque Carl y Judith pensaban que estaba admitido que esas noches de juegos de mesa pudieran terminar en sexo grupal.

CLARÍN

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