La Comisión Europea está poniendo en riesgo la Unión con su deriva izquierdista

La falsa acusación de la Comisión Europea contra Hungría y Polonia La Comisión acusa a Hungría y Polonia de “violaciones de los derechos de las personas LGBTIQ”. La acusación es claramente falsa. En ambos países no hay ninguna ley que discrimine a nadie por su orientación sexual. Los húngaros y los polacos son iguales ante la ley sea cual sea su orientación sexual o el sexo que se atribuyan. Si en esos dos países se dieran esas violaciones, serían denunciadas en Contando Estrelas, de la misma forma que denuncié el intento de los comunistas rusos de perseguir a los homosexuales en 2016, las ejecuciones de homosexuales en Irán y la presencia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU de países que castigan la homosexualidad con la pena de muerte, unos asuntos sobre los que la UE guarda un pasmoso silencio.

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El infame sesgo de la UE: saña con Hungría y Polonia y silencio con Cuba, Irán y España

Hungría y Polonia defienden la libertad de educación de sus ciudadanos

Lo que sí hay en esos dos países de la UE son leyes que prohíben imponer un adoctrinamiento sexual en las escuelas, como ya expliqué aquí (caso húngaro) y aquí (caso polaco). Lo que hacen los gobiernos de ambos países es proteger el derecho a la libertad de educación, un derecho fundamental amparado por el Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por el Artículo 14 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

En vez de Hungría y Polonia, la que debería ser acusada es la propia UE, por querer violar ese derecho imponiendo un adoctrinamiento en la ideología de género en esos dos países, pasando por encima de su soberanía nacional. La Comisión Europea ataca a Hungría y a Polonia porque no permiten violar la libertad de educación de sus ciudadanos, y al hacer esto el gobierno de la UE está empezando a parecerse peligrosamente al desaparecido gigante soviético que imponía su voluntad a los húngaros y a los polacos.

El silencio cómplice de la Comisión Europea con Cuba

Por lo demás, su saña contra Hungría y Polonia vuelve a poner en evidencia el sesgo político e ideológico de la Comisión Europea. El gobierno de la UE no ha dedicado ni un solo tuiteo a la represión de la dictadura comunista cubana contra las recientes protestas pidiendo Libertad en ese país. Basta con hacer una sencilla búsqueda para comprobar que el último mensaje publicado por la Comisión Europea sobre Cuba en su Twitter es de 2016. Esta ceguera de la Comisión ante las violaciones de derechos humanos en Cuba no es algo casual. El vicepresidente de la Comisión y alto representante de la UE para Asuntos Exteriores es el socialista español Josep Borrell. Hace un mes, su partido votó en contra de una condena europea de la represión en Cuba.

Los elogios del vicepresidente de la Comisión a la dictadura iraní

Por otra parte, hace dos años el vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell, publicó un mensaje en Twitter elogiando al régimen iraní, sin mencionar el hecho de que castiga la homosexualidad con la pena de muerte. En vez de eso, Borrell criticaba la posición de firmeza del gobierno de Trump ante esa dictadura islamista: Irán sigue siendo una obsesión para el Gobierno de EE.UU. Siguen sin tener relaciones diplomáticas y además Trump se ha retirado del Pacto Nuclear y ha impuesto sanciones.” El político socialista añadía: “Seguramente Irán puede sobrevivir a las sanciones si Trump no es reelegido”. Eso parece más un deseo que un análisis.

El silencio de la Comisión ante la deriva autoritaria de la izquierda española

Es sesgo político también queda en evidencia con el silencio de la UE ante las violaciones de derechos fundamentales en España, confirmadas ayer en una sentencia del Tribunal Constitucional español, sentencia que ha sido contestada desde el gobierno de coalición de socialistas y comunistas con ataques a los jueces. Recordemos que el pasado mes de abril 2.500 jueces españoles avisaron a la UE de que España va “hacia el totalitarismo”. Unos meses antes, la principal organización europea de jueces alertó del “paso atrás” en independencia judicial en España con el gobierno izquierdista de Pedro Sánchez.

Ante eso, la Comisión Europea no ha tomado ninguna medida, como tampoco lo ha hecho con la discriminación a los hispanohablantes en varias regiones españolas, en las que el idioma español es excluido del sistema educativo a pesar de ser la lengua oficial del país. El PSOE, al que pertenece Borrell, está protagonizando esos ataques a los jueces y apoya esa discriminación lingüística, así que la Comisión Europea mira hacia otro lado y prefiere ensañarse con gobiernos conservadores cuyo “crimen” es defender la libertad de educación. Con este infame sesgo, lo que está haciendo la Comisión Europea es poner en peligro la propia Unión, pues si sigue por este derrotero, acabará por romperse igual que lo hizo el desaparecido bloque soviético.