La trágica historia de Action Park: el parque de atracciones más peligroso del mundo

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El Action Park, un parque de diversiones ubicado en Vernon, Nueva Jersey, que funcionó entre 1978 y 1996 se hizo famoso por la inseguridad y el mal diseño de la mayoría de sus juegos. Su leyenda negra creció hasta ser conocido como “el parque de atracciones más peligroso del mundo”.

Si bien reabrió con importantes reformas en 2014, el histórico parque estadounidense es recordado por los riesgos que tomaban sus visitantes al lanzarse por empinados toboganes con giros de 360 grados y acantilados rocosos sobre piletas o lagunas. Para algunas de las atracciones, incluso era necesario firmar un documento de consentimiento para desligar al parque de posibles peligros.

“Si no firmas el formulario de consentimiento, no puedes subirte al Alpine Slide (tobogán alpino). Los padres deben firmarlo por sus hijos”, decía un cartel, a modo de advertencia. “No están permitidas las carreras en el Alpine Slide. No hay devoluciones”, comunicaban.

En algunas de sus 75 atracciones, al menos seis visitantes perdieron la vida a raíz de fallas en las medidas de seguridad. El 8 de julio de 1980, un empleado de 19 años murió cuando su carrito se descarriló en el tobogán alpino y se golpeó la cabeza con una roca durante el choque.

El 24 de julio de 1982, un visitante de 15 años murió ahogado en una enorme pileta de olas artificiales. El 1º de agosto, apenas una semana después, otra persona de 27 años que estaba en el Kayak Experience falleció. Mientras intentaba volver a subirse a su bote, tras una caída, se electrocutó al hacer contacto con el cableado que alimentaba los ventiladores submarinos y sufrió un paro cardíaco.

Dos años más tarde, en 1984, un hombre murió en el Tarzan Swing después de un ataque al corazón, que habría ocurrido debido al impacto inesperado del agua fría en el lago. Ese mismo año, el 27 de agosto, un joven de 20 años se ahogó en la pileta de olas. En 1987, otro muerto en el lugar rebautizó a la atracción como “The Grave Pool” (la pileta de la tumba).

En otro de los juegos, el tobogán Cannonball Loop, que tenía un giro de 360 grados, muchos jóvenes resultaron heridos. Según relataron, el diseño de la atracción provocaba heridas de todo tipo y hacía sangrar las narices de los visitantes por los golpes en el tramo más riesgoso del trayecto.

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La inseguridad, de acuerdo a los testimonios de exempleados que participaron del documental de HBO Class Action Park, no se limitaba únicamente al diseño de las atracciones. En la mayoría de los casos, el parque contrataba a personal que no alcanzaba los 18 años y que, incluso, no se encargaba de que las normas se cumplieran. Sostuvieron, además, que se vendía alcohol sin importar la mayoría de edad.

El cierre del parque, hacia 1996, no se debió a los problemas de inseguridad que sufría, sino a cuestiones financieras de Great American Recreation, los dueños del lugar. Fue aquel 2 de septiembre, hace casi 26 años, cuando cerraron sus puertas.

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