#Opinión | El anzuelo estaba puesto y todos estaban siguiendo el mismo camino- Por Gustavo Fuenmayor Arriens

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Todo lo que se hace con prisa en algún momento pasa factura, porque a la naturaleza no le da el tiempo preciso para que ocurra. Así que, nos guste o no, todo tiene su tiempo.

Nadie pide permiso para crecer. Nadie pide permiso para morir.

¿Cómo manipular el tiempo?

¿Por qué manipular a los demás?

¿Cómo manipular la Vida?

¿Por qué manipular una familia, una ciudad, un estado, un país?

Cualquier cosa que se haga fuera de tiempo, fuera de la curva, seguro que los resultados no serán buenos. Todo lo que se hace en el momento oportuno, genera objetivos claros y productivos para el colectivo, pero aceleramos las cosas, no tenemos paciencia para esperar, lo queremos todo para ayer, y luego de la misma manera aceleramos todo, las lecciones, y luego muy a menudo transitamos procesos en los que nos sentimos poco preparados, lloramos, sufrimos, y desesperamos. Concluimos que no nos merecemos lo que nos pasa, pero quizás no notamos que co-creamos nuestras realidad.

Es una consecuencia, es la aceleración del tiempo, hacer las cosas fuera de tiempo. Pensamos que estamos agraviados, nos sentimos maltratados, todo el mundo nos ha dado la espalda, y nos han olvidado. Pero pensemos un momento, ¿quién toma nuestras decisiones, quien ejecuta los planes en nuestras vidas? Es más fácil que culpemos al planeta, a la lluvia, a un vecino, a quien sea, pero aceptemos que somos producto y resultado del camino creado como sociedad.

Pensamos entonces como país que somos los eternos extraños, los eternos castigados, los eternos agraviados. Todos dormidos esperando por un Mesías que resuelva los problemas del país, por nosotros mismos. Y la pregunta de siempre ¿por qué estamos pasando por esto?

Aquí es donde comenzó todo, hagamos un ejercicio de memoria, viajemos a 1971, este sujeto intenta entrar en la Academia Militar, y sale reprobado en el examen psicotecnico, su padre se comunica con su compadre Rafael Caldera para que lo ayude. Acto seguido el Presidente Caldera influye para que lo acepten, (semejante error, aún estamos viviendo los resultados).

Luego el golpe del 4 de Febrero, de nuevo Rafael Caldera en su segundo gobierno 1994-1999 como parte de su promesa electoral, lo indulta, y por fin llegamos a su momento magistral: las elecciones de 1998, donde la embarramos hasta el fondo, los partidos AD y Copei se dan cuenta que se acerca el inservible, se les ocurre la maravillosa idea al comando de Campaña de Irene Saez unir a Copei y AD, sacando de juego a Alfaro Lucero, candidato de AD, sin consultar las bases, y se jodio el cuento. Lo demás es historia. El como este desastre se viene orquestando desde el 71.

Después, el famoso 11 de Abril, fuera de tiempo, muy improvisado y un resultado catastrófico, otro barranco más. Definitivamente, no hemos sabido hacernos responsables por tanto desastre, muchos huyeron, y acá estamos. No olvidemos que lo que se repite se convierte en hábito, el hábito se convierte en carácter, y el carácter lo llamamos destino. ¿Cómo resolvemos este asunto? ¿Cómo cambiamos de ruta? ¿Qué podemos hacer para enderezar el timón y la brújula hacia un mejor destino y país?

Por Gustavo Fuenmayor Arriens

(Escritor Invitado)

Psicoterapeuta sistemico / Renacedor / Acompañante de Procesos

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