La prosperidad no se alcanza con la famosa igualdad de oportunidades – Por Oliver Malpica

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Un socialista siempre al ver la existencia de gente de clase alta y de gente que vive en situación de pobreza, termina llegando a la conclusión de que existe una injusta situación de desigualdad, y lo más interesante es que acaba pensando que esa situación se debe al sistema capitalista con el cual solo unos pocos tienen todo materialmente, mientras que son muchos los que no tienen nada.

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La perspectiva de aquellos que propugnamos el liberalismo es diferente, nosotros al observar la existencia de gente de clase alta, al mismo tiempo que de personas de clase baja, llegamos a la conclusión de que es necesario hacer hincapié en el tema de la pobreza, es decir, se debe hacer todo lo posible para que la gente que vive con penuria de carácter material, logre mejorar la condición en la que se encuentra, no somos enfáticos en el tema de la desigualdad ya que esta siempre va a existir: nunca encontraremos dos personas igualadas jamás.

Analizando todo lo argumentado previamente, podemos deducir que los socialistas se enfocan en la igualación de pobres y ricos, mientras que los liberales nos enfocamos en la superación de la miseria, las cuales son dos posturas ideológicas que constituyen un debate global.

La interrogante que hay que plantearse es ¿Cual postura ideológica adoptamos para ganar el debate global?

Para responder esta interrogante empecemos por hacer énfasis en la concepción igualitaria de los simpatizantes de la izquierda, estos llegan a alegar que todas las personas deben tener “igualdad de oportunidades” y el gobierno debe proveer esa igualdad cobrándole impuestos a los ricos, a los que han tenido suerte y éxito, para así redistribuir los recursos. Pero coloquemos un ejemplo bien sencillo para que me puedan entender, sí una persona hereda una fortuna de su padre, según la izquierda eso se contrapone a la “igualdad de oportunidades”, porque resulta ser que dicho heredero parte de una situación mejor que la de otra persona, la cual lamentablemente no contó con la suerte de tener un padre adinerado. De acuerdo a la izquierda la mejor resolución a la desigualdad es sancionar el éxito y la suerte que tienen algunos sujetos, como por ejemplo la suerte que tuvo el heredero al que se le resta un porcentaje de todo su patrimonio a través de impuestos, para que ese porcentaje sea destinado a otras personas que se encuentran más desfavorecidas que el.

Sin embargo el hecho de que “A” haya nacido rico no le impide a “B” quién nació en una condición menos favorable, perseguir sus objetivos; es decir A no lesiona las oportunidades que pueda conseguir B de surgir. Obviamente B la tendrá más difícil en el camino ya que cuenta con menos recursos, pero díganme ustedes ¿Desde cuándo el comienzo de un camino es fácil? Sumergiéndonos en Google podemos encontrar muchísimos ejemplos de sujetos que nacieron en la condición de pobreza y con su esfuerzo personal llegaron a construir su propia comodidad, sin necesidad de haber aguardado a que el Estado les deparara oportunidades a costa de la fortuna de otras personas.

Es ineludible comprender que las oportunidades no solamente se dan por los recursos materiales o por los niveles de riqueza, sino además por las aptitudes físicas, mentales, talentos, habilidades, destrezas, la personalidad y en determinados casos por la suerte de cada individuo. Es por eso que la igualdad de oportunidades no es viable para generar prosperidad, sí lo que deseamos es conseguir la prosperidad y ver que la situación económica de la gente más pobre mejore, lo que se debe defender no es la igualdad de oportunidades sino el libre mercado y el respeto a la propiedad privada.

El sistema de mercado le da preponderancia a la libertad, además de propugnar la propiedad privada, quedando el Estado solamente para asumir el rol de garantizar la igualdad ante la ley, para que ningún individuo pueda lesionar la libertad y la propiedad de otra persona.

Al abrazar el modelo socialista, sí usted es exitoso económicamente, entonces ahí estará el Estado para cobrarle impuestos y proveerles oportunidades a aquellos que carecen de ellas, teniendo como consecuencia la disminución de los incentivos para producir bienes. En cambio abrazando el modelo liberal, la igualdad ante la ley, unida a la defensa del derecho de propiedad generan mejores oportunidades además de incentivos para que los empresarios y trabajadores puedan producir. De esta forma la economía va a crecer y va a existir más riqueza para todos.

Por Oliver Malpica

(Escritor Invitado)

Twitter: @olivermalpica

Instagram: @omalpica

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