Al igual que García Márquez anunció que Santiago Nasar iba a morir, desde el inicio de la narración en su novela  “Crónica de una muerte anunciada”, así mismo anunciamos días atrás el fraude electoral en Venezuela, la muerte de la posibilidad de una Asamblea Nacional opositora y la muerte de lo poco que quedaba de equilibrio de poderes en Venezuela.

Eso estaba cantado.

Sin embargo, y haciendo honor a la verdad, mucho tiempo previo al día de ayer,  el equilibrio de poderes en el país se había perdido y la Asamblea nacional no era de oposición; Maduro y su mafia ya la controlaban porque habían ideado una opción para tener injerencia en el parlamento mientras mantenían la fachada de “tener oposición” ante la comunidad internacional, y esto fue, comprándola.

Fue así como esta generación de nuevos “opositores” surgida en el año 2007 terminó haciendo lo que ya había hecho la histórica oposición venezolana que fue, traicionar a toda la gente que votó por ellos en el 2015 -y con quienes ganaron la mayoría en el Palacio Legislativo-, y en general traicionar al país en la misión más importante que tenían: quitarle dominio al desgobierno (que ya había mutado a NarcoEstado por la operación activa del Cartel de los Soles), dominio que se soponia le quitarían mediante la ejecución de todas las acciones legales nacionales e internacionales posibles para recuperar la libertad.

Nada de esto hicieron. En su lema “mejor nos doblamos para no partirnos” jugaron a favor de Maduro y de su mafia. Terminaron de consolidar la colaboración y su entreguismo al oficialismo mientras que los venezolanos, ojos y bocas abiertas de la sorpresa, veíamos desconcertados como iban pasando meses y meses de la nueva gestión, sin llamados a referéndum revocatorio para Maduro, (pero sí llamados a reuniones clandestinas y diálogos entre desgobierno y pseuda oposición  en Oslo y Barbados, que solo aceptaron tener después de ser descubiertos ante la opinión pública), cesiones de espacio en el parlamento para diputados de Maduro, y ni qué decir del no-llamado al empleo de misiones militares venezolanas o extranjeras para intervenir (art 187-11 Constitución Venezuela), de no solicitar auxilio cuando hubo la oportunidad a través del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), o de no solicitar a través de la ONU el recurso de Responsabilidad de Proteger (R2P) y finalmente, no realizar solicitudes directas a la comunidad internacional que, con más de 50 países apoyaron a Guaidó en el 2019 para ser Presidente Encargado del país, atendiendo su condición de presidente de la Asamblea Nacional.

La inacción tenía nombre: Se habían vendido.

Vendido por dinero, por camionetas, por viajes, porque le “dejaran en paz” los negocios propios o de sus familiares con empresas del Estado venezolano, incluyendo las que tienen que ver con petróleo o acceso al mercado de dólar preferencial.

Ahora esos políticos opositores, en su mayoría exiliados, siguen dando vuelta al mundo con el verbo encendido en la boca, argumentando que son fervientes opositores de una dictadura, pero no dicen lo que muchos venezolanos sabemos: que son colaboradores del Narco Estado y viven, adentro o fuera de Venezuela, en complicidad y cohabitación con el régimen.

Como consecuencia, los resultados de la votaciones fueron que de 20,7 millones de venezolanos convocados a las urnas electorales, Maduro y su mafia obtuvieron 187 curules para el régimen y 90 curules para la pseuda oposición. Sin embargo, éste no es el dato más importante. El que sí lo es, es el porcentaje de abstención de 69% (15.445.896) vs la participación de apenas 5.264.104 votantes.

El país habló.
Pero no fue siguiendo la convocatoria de Guaidó, el líder que se quedó sin pueblo.

No.

¿Por qué los venezolanos no salieron entonces a votar ayer, domigo 06 de diciembre?

1.      Porque asistiendo a votar o no, ya Maduro resultaba ganador. De hecho, sus declaraciones por televisión de “si ganaba la oposición, él renunciaría”, demostraba con anticipación la cercanía del fraude, ya que él, en condiciones normales, no se lanzaría ese reto.

Ciertamente, con la abstención no se le ganaría a Nicolás Maduro, pero tampoco lo haría una mayoría de votos.

70% de abstención deja un mensaje más poderoso. La interrogante que queda es ¿cómo se aprovecha eso despues? ¿tan tarde?

2.      La segunda razón por la cual los venezolanos no asistieron a votar el 6D fue porque es un voto castigo para el oficialismo y la oposición, que han jugado, por un lado, con las necesidades de las personas y por el otro, con la esperanza de la gente. Además muestra la profunda desconexión -y aunque suene fuerte decirlo, hasta desprecio- por los representantes de la política actual de lado y lado.

Tanta decepción y oportunidades de libertad echadas a la basura, ha llevado a la mayoría del colectivo, a un proceso de “desesperanza aprendida” al ver que hemos hecho de todo para salir de los “rojos” (maduro y su mafia) pero los “azules” (la supuesta oposición), nos boicotean. No nos dejan.

Ninguno nos representa.

Lo de ayer no fue una “fiesta electoral” ni una “fiesta democrática” como calificó el dictador. No existieron las largas filas tradicionales para entrar a los colegios autorizados a a ser electorales. Las pocas personas que fueron, en su mayoría trabajadores del Estado o dependientes de las organizaciones “comunales”, lo hicieron obligados por una cajita de comida que atenta contra la dignidad, pero mitiga un poco el hambre; aún sin ser suficientemente calórica.

A partir de enero 2021, los venezolanos tendremos una Asamblea en su mayoría “roja rojita” aunque con algunas migajas para la pseuda oposición que sí se atrevió a ir a estos comicios, y con eso, la crónica de un fraude anunciado se habrá ejecutado.

Los venezolanos, el pueblo de verdad que nos repartimos entre los que se encuentran territorialmente dentro de los 916.445 kilómetros cuadrados de Venezuela y los 5 millones de migrantes esparcidos por el mundo, nos encontramos en una situación politicamente peor a la de todos los años atrás, esta vez sin poder contar, evidentemente, con el desgobierno que juega con las necesidades primarias de los venezolanos (alimentos, medicinas, agua, luz, casa, seguridad y tranquilidad) ni poder contar con una pseuda oposición antes mencionada que teniendo una oportunidad de oro, jugó con las esperanzas de la gente, y mientras se vendía, arrastraba con ellos la posibilidad de nuestra libertad.

Que lo sepa el mundo:

Lo del 06 de diciembre 2020 en Venezuela no fueron elecciones, fueron sólo votaciones: En dictadura se puede votar, pero no se elige.

 

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